Ser campeón del mundo suena muy bien, pero aún suena mejor cuando después de temporadas muy malas, muchas caídas, cambios de competición y lesiones, toca levantarse y decir: puedo y merezco ser campeón del mundo.
Carlos Checa, el Toro, el número 7.
Tras abandonar un mundial de Moto GP en el que poco podía demostrar, y con una decisión que hizo dudar a muchos, al fin ha demostrado que es un campeón nato, sólo necesitaba un cambio de aires, poder demostrar que es un grandísimo piloto y en su cuarta temporada lo ha conseguido: Campeón del mundo.
No sólo tiene el privilegio de haber ganado el título, sino de haber sido el primer español que lo ha conseguido.
Se ha caído, se ha lesionado, pero se ha levantado, ha continuado luchando y ahora está en el sitio que le pertenece, donde siempre tenía que haber estado, en lo más alto.
Enhorabuena campeón!
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